Mis chicos más bellos, vamos a poner este día en manos de Papito Dios y pedimos sus bendiciones para todos.
Amores, sigamos afianzando nuestros aprendizajes sobre LA FAMILIA.
💡 Comencemos reflexionando sobre este texto 💡
En un pueblo lejano, el rey convocó a todos los varones jóvenes a una audiencia
privada con él, durante la cual les daría un importante mensaje.
Muchos jóvenes asistieron y el rey les dijo:
“Le voy a dar una semilla diferente a cada uno de
ustedes. Al cabo de seis meses deberán traerme en una maceta la planta que
haya crecido, y quien me traiga la planta más bella ganará la mano de mi hija y,
por ende, el reino”.
Uno de los jóvenes plantó su semilla y vio que esta no
germinaba; mientras todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y de
mostrar las hermosas plantas y flores que crecían en sus macetas.
Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con
hermosísimas plantas. El joven a quien no le germinó la planta estaba triste.
Todos los demás, orgullosos de sus plantas.
El joven a quien no le germinó la planta estaba triste.
Todos los demás, orgullosos de sus plantas, al ver a nuestro amigo soltaron la risa y le hicieron la burla.
El alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey.
Todos le hicieron su respectiva reverencia mientras éste se paseaba mirando una por una las macetas y admiraba las plantas.
Al finalizar la inspección, el rey hizo llamar a su hija y al joven que había llevado su
maceta vacía.
El rey declaró: “Este es el nuevo heredero del trono; se casará con
mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil y trataron de
engañarme plantando otras semillas. Pero este joven tuvo el valor de presentarse
y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, leal y valiente. Esas son las
cualidades que mi hija merece de su esposo”.
👀 Presta atención 👂
✏ Escribe en tu cuaderno 📖
Octubre 22 de 2024
El matrimonio y la familia
Casarse por la Iglesia no es sólo un rito. El centro de la boda lo ocupa el sí que intercambian un hombre y una mujer. A partir de ese momento, se convierten en esposos. Este acontecimiento encierra un significado profundo: quien se casa confía en el otro.
Cuando dos personas se aceptan como son, cuando dicen sí a todo lo que el otro es, surge un espacio en el que los dos pueden trasformarse cada día.
La presencia amorosa del otro junto a mí me ayuda a sacar a la luz lo mejor de mí mismo. Quien se fía de otro y se confía a él, lo hace con la esperanza de ser fiel y de recibir fidelidad. Esta será su apoyo firme y su fuente de seguridad. De la misma manera que un árbol cuyas raíces son profundas puede crecer cada día sin perder firmeza, algo semejante ocurre en el matrimonio.
Quien se casa, demuestra que su confianza en el otro es suficientemente fuerte como para vincularse con él de por vida.
El sí que se dan los que se casan tiene mucho que ver con Dios.
"Cuando sientas cómo te quiero, cómo te perdono, cómo te cuido, podrás sentir de alguna manera cómo te quiere, te perdona y te cuida Dios".